REVOLUCION DE MAYO DE 1810
Un eslabón más del
proceso revolucionario latinoamericano.
Por Prof. Ricardo N. González
Diferentes
historiadores coinciden en plantear a los sucesos de la Semana de Mayo de 1810
como un hito inicial en el proceso de las luchas por la independencia de nuestro
país. Norberto Galasso nos dice “En los discursos escolares se califica a la
Revolución de Mayo como el día del nacimiento de la patria y según este
criterio, año a año, se festeja, con cantos y escarapelas, el aniversario o
bien podría decirse, el cumpleaños”. (1) Siguiendo el análisis de Galasso, la
gesta de Mayo nos ha sido presentada como REVOLUCION separatista,
independentista, anti hispánica, dirigida a vincularnos al mercado mundial,
probritánica y protagonizada por la “gente decente” del vecindario porteño con
apoyo decisivo de los militares. Aquí trataremos de ver tal caracterización
para entender de qué estamos hablando cuando en las escuelas tratamos de
abordar aquella Semana de Mayo de 1810. Así presentado el relato, resulta que
la Revolución de Mayo fue un movimiento social y político que se produjo en la
ciudad de Buenos Aires, organizado por una minoría (450 personas fueron
invitadas al cabildo abierto del 22 de mayo, y no concurrieron todas, sobre una
población cercana a los 44.000 habitantes (2)); de carácter separatista (con
intenciones de dejar de ser colonia o depender administrativamente de la Corona
de España); con el objetivo de declarar la independencia (cortar lazos
políticos y económicos con la metrópoli); con marcado acento anti-español (todo
lo vinculado a España debía verse como aquello que había que eliminar), con una
decidida impronta económica hacia el librecambio comercial en alianza con la
economía británica dueña de los mares y del comercio en ésa etapa histórica;
desde el punto de vista social nos mostraron la imagen de una clase social
acomodada como la gestora y protagonista de la revolución la cual fue sostenida
por las fuerzas armadas comandadas por Cornelio Saavedra, como actores de
reparto negros esclavos, mestizos y hasta descendientes de pueblos originarios.
Así vista la revolución de mayo fue realizada exclusivamente por los
sectores militares, eclesiásticos y “señores” pertenecientes a un grupo selecto
de civiles, sin participación popular. Los sectores plebeyos, en este relato
oficial, solo fueron notas de color pintorescas casi como los paraguas o la
reconocida postal del cabildo. En cada acto escolar no faltaron jamás los
negros esclavos que al final de la presentación gritaban “Viva la Patria, ya
somos libres”. ¿Ironía del destino o relato político? Porque la libertad de
vientres recién se concede en 1813 y la abolición de la esclavitud en nuestro
país en 1853 con la sanción de la Constitución Nacional. Es decir, los negros
no fueron libres en 1810. Tampoco se cuenta, en aquel relato, que la noche del
24 de mayo de 1810 algunos revolucionarios patriotas recorrieron las calles de
Buenos Aires juntando firmas para pedir el Cabildo del 25 y en contra del
Virrey Cisneros solicitando se cumpla el espíritu del cabildo abierto del día
22 de mayo, se reunieron 400 firmas. Las dos primeras son las de Domingo French
y Antonio Berutti representantes de sectores populares y orilleros (quienes
pasaron a la historia por repartir escarapelas como si ese hubiese sido su
rol), en su mayoría analfabetos que no sabían firmar pero que buscaban un
cambio de gobierno. Entre esas firmas se encuentra la del Cacique José Humac
Minoyulle en representación de nuestros pueblos originarios (3). Pero veamos
con más detenimiento el relato oficial que es el que más se ha difundido. Y que
por ser el relato oficial es el que se enseñó por años en nuestras escuelas.
Les propongo
viajar a 1810 y recorrer juntos el relato que aprendimos. Si la revolución de
mayo de 1810 fue SEPARATISTA y ANTIHISPANICA, ¿por qué los integrantes
del Primer Gobierno Patrio, aquel 25 de mayo, juraron fidelidad al Rey de
España?, ¿Cómo se explica que una revolución antiespañola se haga en nombre de
España y qué además haya españoles como miembros de la Primera Junta? Larrea y
Matheu eran españoles, Belgrano y Azcuénaga estudiaron en España, jamás
evidenciaron su rechazo hacia lo hispánico. La bandera de España siguió
flameando por dos años más hasta febrero de 1812 cuando Belgrano enarbola la
celeste y blanca en un contexto de guerra. Sorprende conocer que French y
Berutti en las jornadas de mayo repartían efigies con la cara de Fernando VII.
¿Por qué no se aprovechó ese momento, si la idea era separarnos de España, para
declarar la independencia? Son varios interrogantes que desalientan a pensar
que fue un movimiento Separatista y anti-español como lo aprendimos.
También nos contaron que una de las razones de la revolución era que los
criollos querían el Librecambio como modelo comercial y que se encontraban
ahogados por el monopolio español. Y que buscaron con la revolución acercarse a
los ingleses. Ahora bien, cuando vemos en 1809 una economía
destrozada, donde el poder hispánico en lo económico quebró definitivamente y
que los españoles se vieron obligados a otorgar facilidades al comercio inglés
en América para que éste último tuviera libertad para introducir sus
mercaderías sin trabas aduaneras, no se sostiene ésa causa como determinante
para la revolución de mayo de 1810. Sigamos un poco más. Se sostuvo que fue la
sociedad porteña la protagonista de la revolución. Qué allí nació la patria y
que fue gracias a una minoría de hombres decentes con el auxilio del ejército y
de la Iglesia los que gestaron la Patria. Si bien los hechos comenzaron en
Buenos Aires no es posible adjudicar a la revolución una identidad solo
porteña, ya que forma parte de otros levantamientos que se dieron en otras
regiones del continente dominado por la monarquía española. Y los hechos más
significativos ocurrieron en la zona del llamado Alto Perú que era parte del
Virreinato del Río de la Plata. Así la insurrección popular en 1810 recorre
toda la extensión de la Patria Grande, el movimiento de mayo nuestro se
inscribe en esa Gran Revolución. Es un eslabón más en la historia común de los
pueblos latinoamericanos. Es preciso señalar que la revolución de mayo no fue
solo realizada por abogados, militares o sacerdotes, participaron muchos
activistas, negros, indios, mestizos y cuchilleros de las orillas que fueron
determinantes a la hora de exigir al Virrey que cese en el mando. Ese era el
Pueblo que quería saber de qué se trataba. Juan Bautista Alberdi ya nos
decía “la revolución de mayo es un capítulo de la revolución hispanoamericana,
así como ésta lo es de la española, y ésta, a su vez, de la revolución europea
que tenía como fecha liminar el 14 de julio de 1789 en Francia” (4) Solo si
entendemos que nuestro 25 de mayo no fue una casualidad del destino, sino el
desenlace lógico de un proceso histórico regional e internacional originado en
Europa y exportado a nuestro continente, podremos comprender en su totalidad la
trascendencia de la Semana de Mayo. Si podemos ver con nuestros alumnos que las
ideas de los hombres de mayo fueron parte de la “época revolucionaria” en que
les tocó vivir habremos avanzado en una comprensión histórica integral y no
parcializada. Nuestra Revolución de mayo no fue separatista ni antiespañola, no
fue pro británica ni siquiera por el libre comercio, no fue exclusivamente
porteña ni realizada por las élites citadinas. De la lectura de los hechos es
razonable suponer que el movimiento fue parte de los movimientos
revolucionarios de nuestra América, imbuidos de las ideas de la Revolución
Francesa, cuestionadores de una forma de Gobierno Absolutista, despótica y
corrupta, que descansaba en la auténtica expresión del sentimiento de las
clases sociales que empujaban la revolución propiciando cambios, pero al mismo
tiempo manteniendo la adhesión al rey español cautivo de Napoleón, Rey al cual
adjudicaban tendencias renovadoras que podrían mitigar el despotismo de los
“godos o realistas” (como se conocerán a los partidarios de la Monarquía
Absoluta, burocracia estatal vinculada al monopolio) a quienes enfrentarán los
“patriotas” (partidarios de la monarquía constitucional con un poder del Rey
atenuado).
El gran desafío al
momento de enseñar la Revolución de Mayo de 1810 será llevar adelante el
abordaje desde una mirada del proceso revolucionario mundial y latinoamericano,
en términos de conceptos de libertad e igualdad contextualizados en tiempo
histórico, caracterización geográfica y agrupamientos sociales intervinientes.
Y sin dudas asumir el compromiso de incluir en el relato a todos los actores,
corriéndonos de la foto de los integrantes de la Primera Junta, mirando por la
ventana de la historia hacia la Plaza para reconocer el rostro del verdadero
protagonista de la gesta: el Pueblo movilizado.
Citas:
1.
Galasso Norberto: La Revolución de
Mayo (el pueblo quiere saber de que se trató)
2.
Red de Revistas Científicas
(redalyc.org), La ciudad de Buenos Aires en los Censos de 1778 y 1810 págs.
75-85 Población de Buenos Aires. Año 7 11 de abril de 2010.
3.
Ministerio de Cultura Nacional: El
camino que llevó a la Revolución de Mayo.
4.
Alberdi Juan Bautista: La Revolución
de Mayo. Crónica Dramática.
https://www.youtube.com/watch?v=eaG9o3s5Zew